Imagen de unas manos enviando un SMS
Imagen de unas manos enviando un SMS. Autor: Wikimedia Commons. 2016.

Gracias a sus tasas de apertura superiores al 90%, los SMS son utilizados en numerosas áreas dentro de una organización o empresa, desde invitaciones a eventos o inscripciones de actividades hasta mensajes promocionales. Por este motivo, te ofrecemos 5 consejos sobre ciberseguridad para asegurarte de que tus mensajes SMS no se confundan con los enviados por ciberdelincuentes, además de proteger al mismo tiempo a los propios destinatarios.

1. Nunca se solicitan ni envían datos sensibles. Las organizaciones o empresas deben informar a los y las clientes y personas colaboradoras que nunca se solicitarán datos sensibles por teléfono, correo electrónico o incluso SMS. Por ejemplo, si alguien solicita contraseñas, números de cuenta bancaria, o similares, los destinatarios del mensaje deben poder reconocer de inmediato un intento de fraude. Por el mismo motivo, las personas usuarias nunca deben dar estos datos a través de estas vías.

2. Es necesario avisar con antelación. Si la empresa u organización avisa con antelación a los clientes y personas colaboradoras sobre qué medio de comunicación va a utilizar, evitará despertar sospechas en caso de que se utilice un canal inesperado. Normalmente esta notificación se realiza a través de un canal diferente al propio SMS.

3. Enlace seguro en el mensaje. Es conveniente informar a las personas receptoras que deben desconfiar cuando existe un enlace inseguro en el contenido del SMS. Las personas usuarias sólo deben fiarse de direcciones precedidas de "https:" y no de "http:", ya que sólo en el primer caso se tiene la certeza de que la comunicación está encriptada para garantizar seguridad de datos.

4. Remitentes alfanuméricos. Una práctica muy recomendable es que aparezca en el SMS el nombre de la empresa u organización remitente. De esta forma, el destinatario del SMS puede leer el nombre del remitente en lugar de ver el número de teléfono móvil desde el que ha salido el envío. Esto ayuda a identificar fácilmente a quien se está comunicando con ellos incluso antes de abrir el mensaje.

5. Referencias conocidas por la persona usuaria. Es imprescindible que el contenido del mensaje sea claro y no contenga errores ortográficos. Además, debe incorporar elementos que hagan que el usuario le atribuya a una actividad conocida.