Isma Monfort, dinamizador del Punt Òmnia en la PES La Mina, hace dos años cambió la cámara de fotografía para dedicarse a los proyectos comunitarios en La Mina de Sant Adrià de Besòs. Es uno de los finalistas en los All Digital Awards como dinamizador digital, que se otorgan el 26 de septiembre.

Isma Monfort, dinamizador del Punt Òmnia en la PES La Mina
Isma Monfort, dinamizador del Punt Òmnia en la PES La Mina. 2023. Fuente: Xarxa Punt TIC. Licencia: Todos los derechos reservados.

Antes de ser dinamizador del Punt, ¿rodaste por el mundo con cámara en mano?

Sí, he trabajado como videógrafo por la Sexta en Barcelona y por TV3 en la corresponsalía de Washington. También como freelance publicaba fotografías en distintos medios en los viajes que hice a Vietnam, Rusia, los Balcanes, México y Egipto.

«Me acerqué al Punt Òmnia para hacer un reportaje fotográfico y me atraparon sus proyectos»

¿Y qué te lleva a reconvertirte?

Fue casual. Todo empezó cuando tenía dos meses de impasse mientras esperaba a marchar a Washington para trabajar. A raíz de una jornada conocí al antiguo dinamizador de este Punt, David, y el proyecto I love la Mina. Le propuse hacer un reportaje fotográfico del barrio. Y a partir de aquí se inicia una relación más estrecha con David y me dio la oportunidad de conocer todo lo que se hacía en el Punt Òmnia en la PES La Mina.

Seguidamente, después de regresar de Washington, retomamos estas colaboraciones y entré a formar parte de lo que se llama el Consejo Editorial del desdelamina.net. ¡Es un medio de comunicación comunitario del barrio de La Mina y justo ha celebrado su vigésimo aniversario! Desde 2016 estaba vinculado al proyecto del Punt Òmnia, pero hace dos años el dinamizador lo dejó y me animaron a presentarme. A mí en ese momento me gustó la idea y dije pues ¡venga intentémoslo! ¡Y aquí estoy!

Ahora como dinamizador, ¿cuáles son las grandes brechas digitales que detectas?

Según mi experiencia, sin ningún diagnóstico en la mano, por lo general, podemos decir que la brecha de acceso está superada, muchos usuarios tienen un punto de conexión. Pero evidenciamos que lo hacen directamente en el móvil y se han saltado el uso a través del ordenador. Lo que hemos detectado y trabajar es educar en la utilización de los dispositivos de manera responsable.

¿Qué tipo de usuario se acerca al Punt Òmnia?

Este Punt Òmnia está dentro de la Plataforma de Educación Social que Salesianos Sant Jordi tiene en La Mina. Esto nos da la oportunidad de trabajar muy directa y fácilmente con colectivos que ya están vinculados a esta entidad y este centro de educación social. Tenemos grupos de niños y jóvenes, que vienen al centro abierto al estudio a realizar otros tipos de actividades y como complemento pasan en algún momento por nuestro Punt. También tenemos un usuario que no está vinculado a la entidad, de mayor edad. Y la franja de edad de más de 30 años nos llega a través de los cursos que hacemos del Servei d'Ocupació de Catalunya.

En la sociedad todo está conectado con la tecnología, por tanto, hay muchas oportunidades para trabajar los conceptos TIC. Nuestro objetivo particular debe estar atentos y abiertos para detectarlas.

¿Cuáles son sus objetivos teniendo en cuenta los retos de la zona?

Los Punt Òmnia compartimos un mismo objetivo: reducir las brechas digitales. En la sociedad todo está conectado con la tecnología, por tanto, hay muchas oportunidades para trabajar los conceptos TIC. Nuestro objetivo particular debe ser estar atentos y abiertos a las diferentes oportunidades que se nos puedan presentar ya sea haciendo cursos aquí, saliendo nosotros a buscar a la gente, conociendo las actividades de los institutos cercanos o poniendo la impresora 3D a disposición del barrio. En resumen, colaborar con las entidades y colectivos del territorio para echar una mano y ayudar a reducir la brecha digital.

¿Cómo se convierte en ganadores en la competición española de robótica educativa VEX IQ 2023?

La historia comienza con el antiguo dinamizador que abre una relación con la Universidad Politécnica de Cataluña que está cerca. Cuando la institución apuesta por la robótica educativa pone en marcha un programa social en el que participan escuelas y centros educativos. Por un lado, la UPC proporciona el material inicial con el que empezar estos kits de robot para iniciar el diseño del robot, etc. y por otro, un acompañamiento de los estudiantes de la universidad que se convierten en voluntarios en los centros y ¡esto tiene un valor inmenso! Los jóvenes tienen un referente algo mayor que ellos y, por tanto, es fácil que se genere admiración y complicidad. Otro aspecto importante del proyecto es que cada semana vamos a la UPC a entrenar. Muchas veces entrar en la universidad intimida, pero esta aproximación rompe barreras y acorta distancias con estos adolescentes.

Nuestro principal objetivo es hacer equipo y enseñar a hacer un robot, si ganamos o no ganamos es totalmente secundario. Pero este año tuvimos una sorpresa: optimizamos y simplificamos tanto a nuestro robot que funcionó a la perfección mientras que el resto de robots más sofisticados daban muchos problemas. ¡Y ganamos contra todo pronóstico! Fue muy mágico, no lo creemos, porque normalmente nuestro éxito era no ser los últimos.

¿Qué es lo que más te gusta de la tarea como dinamizador?

Lo que más me atrae es captar las oportunidades. Estar atento a lo que ocurre en el barrio, a las posibles necesidades y responder de la mejor manera que creemos. Personalmente, yo creo que todos nos llevamos lo mismo, que es la relación con nuestras usuarias. ¡Compartir experiencias, compartir vivencias, ver progresos, todo esto es muy, muy, muy enriquecedor!